Te sientas, tomas el
vaso que está encima del escritorio y
bebes el líquido con sabor a agua mientras observas la pantalla blanca enfrente
de ti. Te gustaría que ese vaso supiera a cerveza, te gustaría que ese vaso
fuera cerveza, pero no puedes, dicen, no debes, dicen, está mal, dicen, te vas
enfermar y morir como tu tío, dicen. Seguramente por eso hoy te encuentres tan
mal y vuelto mierda. Por las putas cervezas del día de ayer que tomaste en esa
reunión de amigos, que por cuestiones del estudio y del trabajo ya pocas veces
se ven. Tomaste unas cuantas cervezas, recuerdas, la sensación del líquido en
tu boca, la espuma tocando tus labios, la energía que te inyecta de valor para
hacer cualquier pendejada no tiene precio. Pero al otro día estás arrepentido
de tu decisión y te prometes que va hacer la última vez… lo prometes, pero
nunca cumples.
Te levantas a las cinco
de la mañana. Tu mundo se reduce a la universidad y la pantalla del computador
que solo te genera estrés y miopía. Para
mañana tienes que entregar un trabajo de la carrera, pero no lo estás haciendo,
te frustraste, estás cansado y quieres mandar todo a la mierda. Desde las diez
de la mañana estás buscando información relacionada con el ensayo que tienes
que hacer, pero no encuentras nada. Tu cerebro no responde, solo tus manos
responden; tus manos sienten una satisfacción al tocar cada tecla y escuchar el
tic-tac del teclado. Sienten que están haciendo algo útil, pero no. Solo están
quemando energía. Desde hace horas
navegas en el internet, navegas, navegas y navegas. Crees que encontrarás algún
artículo valioso para el ensayo, pero mientras más pasan las horas más
frustración entra en ti.
Te intentas calmar.
Tomas tu celular y abres WhatsApp, repasas la lista de tus contactos, alguien
que te pueda ayudar, pero no encuentras
a nadie. No quieres ayuda. No quieres fastidiar, mejor solo arreglas el
problema, Te estresas más. Respiras y abres YouTube, en el buscador colocas un
artista Español de esos que nadie conoce y te dejas llevar por su hermosa y perfecta voz:
Cuando cumpla mi condena y la lluvia apague el sol, cuando pase tu melena y ya na' me cause pena…. Y no conozca ni mi voz.
Recuerdas la primera vez que lo escuchaste, una amiga
te lo recomendó, recuerdas. La voz del cantante Español te tranquiliza por un
momento hasta que vuelves a ver la pantalla de tu computador en blanco. No
entiendes porque llegaste a este punto, no entiendes porque estás frustrado y
estresado. Nunca te dijeron que tenías que aprender sobre cooperación
internacional, jamás te dijeron que la mayoría de los egresados entran a
trabajar en instituciones del Estado u organizaciones públicas. Que estos
egresados se dedican a construir indicadores sociales, formular proyectos o evaluar políticas
públicas. ¡Jamás te dijeron que tú puto trabajo iba a ser en una oficina! ¡Te
dijeron que tu trabajo era en el campo, con las comunidades, caminando! ¡No en
una puta oficina aplastado! Te dijeron que tu carrera ayudaba a las comunidades
en sus territorios, conviviendo con ellos, recuerdas. Quieres ayudar a las
comunidades en sus territorios, estando con ellos, hablando con ellos, viviendo
con ellos. ¡Que otros hagan trabajó de escritorio, pero tú no!
No sabes cuándo empezaste a odiar todo lo referido a la
política, las instituciones sociales o la cooperación internacional,
simplemente no sabes. No sabes cuándo empezaste a tenerle fastidio a ciertas
cosas de tu carrera, simplemente no sabes. No sabes si tomaste la decisión
correcta con elegir esta carrera. ¿Cuándo empezaste a dudar? Eso sí lo sabes,
cuando tomaste esa electiva de periodismo y literatura, ahí dudaste, en cada
clase dudaste. Te arrepientes de haber elegido tu carrera al azar y que una
moneda decidiera tu destino. Te arrepientes. Sientes odio y frustración. Te
levantas de la silla, ves la ropa desordenada encima de la cama, ves la
estantería, ves tus libros, te detienes en los libros de Harry Potter, libros
que te hicieron reír y llorar. Y que si no fuera por ellos no te gustaría leer.
Aún sientes frustración, quieres ir por la botella de vino que prometiste tomar con tu abuela el 31 de Diciembre, pero no. quieres gritar pero no puedes, de tus labios no hay ningún
movimiento, y de tu boca no sale ningún sonido, solo se escucha tu respiración
entrecortada. Quieres explotar, mandar todo a la mierda, y la única forma que
se te ocurre es gritando, pero ¿para qué? Si nadie te va escuchar.
Después de todo, siempre estás solo.