Feliz día mi gente linda, ¡¿Cómo estánnnnnnnnnnn?!
Espero que estén muy bien, hace dos
semanas inicie sexto semestre de sociología, ya solo me faltan unos cuantos
añitos más para terminarla(a menos que haya algún paro, una tercera guerra
mundial, o nose, quizás una nueva pandemia, en ese caso, esos “añitos” se convertirán
en “añotes”) el punto, es que voy en sexto semestre, por cosas del destino, decidí
matricular de electiva una materia llamada Periodismo y Literatura, una materia perteneciente al pensum de la carrera de comunicación social, las clases
de dicha materia son de seis de la tarde a diez de la noche, todo bien hasta ahí,
la cuestión es que el lunes tengo clase desde las 6 de la mañana(de 6 a 8
inglés I; de 8 a 10 Diseño IV; de 10 a 12 Diseño III; de 2 a 4 Sociología
rural; de 4 a 6 identidades colectivas y finalmente de 6 a 10 de la noche
Periodismo y literatura) en ese orden de
ideas, cuando llegué a clase de seis, además de llegar con mucho sueño, estaba
nervioso, debido a que no conocía a nadie a mi alrededor, pero al entrar el
profesor, las energías, el aura, o como quieran llamar eso, se hizo amena,
agradable, tranquilizante y profundamente divertida, pareciera que volvía a tener la misma energía de antes de iniciar la
primera clase de las seis de la mañana, en definitiva me encanto la clase y me sentía
muy tranquilo, hasta que el profesor nos pidió que escribiéramos un párrafo de
lo que hemos sentido en la clase, a continuación les presento mi escrito:
Entro al aula 106 con un completo
asombro de no ver ninguna cara conocida, miró en dirección fija al asiento de
la esquina, donde sea menos visible para los demás, pasan los minutos y por fin
llegan unos estudiantes de sociología, me quito un peso de encima, no soy el único
raro que matriculo literatura, recordando las palabras de mis compañeros de mí semestre de sociología. El profesor empieza su clase y quedó absorto por sus
palabras, sus gestos, en su discurso, me pongo a pensar: ¿Será que me equivoque
de carrera? Al terminal su clase magistral, el profesor coloca la tarea y la
realizó con angustia, mientras me sudan las manos, porque pienso que lo haré
mal.
Lo de ahí arribita, fue el párrafo que
realice, al profesor le gusto y me alegra, espero que a ustedes también queridos
amigos y amigas les haya gustado, y gracias por perder su tiempo en este hermoso
blog, les deseo fortuna y recuerden compás: ¡ESTO ES MODO GUERRA!